Cuando los muebles son elaborados con madera natural de calidad pueden durar, literalmente, toda la vida; incluso se convierten en preciadas reliquias que se heredan de generación en generación. Sin embargo, hasta la madera de la más alta calidad es susceptible de sufrir daños si no se cuida adecuadamente.
Para evitar dichos daños, es importante pedir instrucciones específicas para los procesos de limpieza y cuidado al comprar piezas elaboradas de madera. Si ya tienes algunos de ellos en casa o simplemente quieres conocer más información al respecto, checa los siguientes consejos para mantener estos muebles como nuevos durante más tiempo:
- Cuida la higiene a su alrededor: Para evitar manchas y daños por calor, utiliza siempre posavasos cuando coloques vasos o tazas en mesas de madera, y nunca permitas que platos o alimentos calientes sean servidos directamente sobre la madera sin protecciones como manteles o agarraderas.
- Evita el daño producido por el medio ambiente: Aunque no parezca del todo relevante, la luz del sol, el calor y otros factores ambientales pueden causar estragos en las maderas. Tomando esto en consideración, evita colocar muebles valiosos frente a ventanas descubiertas, rejillas de ventilación o chimeneas, ya que la luz y el calor pueden dañar y desteñir la madera.
- Sacude el polvo con frecuencia: Esta sencilla tarea es una de las mejores formas de cuidar tus muebles. Las partículas en el aire pueden formar una capa transparente de polvo sobre la madera, capaz de rayar la superficie. Quitar el polvo con frecuencia evita que se produzca esta acumulación. Asegúrate de usar una tela suave, por ejemplo paños de algodón o microfibra para evitar daños cuando retires el polvo. Los plumeros de lana de cordero son excelentes para tallados ornamentales o lugares de difícil acceso porque atraen y retienen el polvo de manera efectiva.
- Asegúrate de mantener la madera limpia: Cuando quitar el polvo no es suficiente, es necesario limpiar los muebles de madera a profundidad, con el detalle que requieren. Por lo tanto, no es recomendable emplear limpiadores todo uso, ya que estos pueden dañar el acabado. Si el mueble tiene una mancha muy sucia o pegajosa, sumerge un paño en agua con detergente lavaplatos. Escúrrelo tanto como sea posible y limpia suavemente el área. Luego, enjuaga con un paño húmedo que contenga solo agua, e inmediatamente después seca con un paño suave.
- Protege y evita reparaciones: La mayoría de los pulidores y aerosoles comerciales contienen destilados de petróleo o aceite de silicona capaces de lograr un acabado fresco y brillante, que al mismo tiempo ofrecen cierta protección a la madera. Asegúrate de no usar demasiado de estos productos, ya que pueden causar una acumulación que se combina con la suciedad creando una película opaca y pegajosa.
- Tratar el desgaste a tiempo: Incluso con el mejor cuidado, como es natural frente al avance del tiempo, los muebles de madera pueden sufrir daños. Para muescas y rayones menores, utiliza pulidores capaces de ocultar las abrasiones y de restaurar la belleza natural de la madera.
- Aceita y sana la resequedad: Si los muebles han pasado tiempo almacenados y lucen demasiado secos, es posible que debas volver a engrasarlos. Aplica generosamente el aceite para muebles y déjalo penetrar en la madera durante unos 15 minutos. Si vas a aplicar una capa protectora, deja que tus muebles se asienten durante al menos 24 horas antes de continuar.
- Mantén la madera con un olor fresco: En ocasiones, las piezas de madera más viejas desarrollan un olor desagradable, especialmente si han estado almacenadas. Puedes rociar la superficie con bicarbonato de sodio para refrescar y colocar una cacerola de carbón dentro de los cajones para absorber los olores que emanan del interior. Incluso puedes dejar la pieza afuera en un área sombreada en un día cálido y seco para eliminar el mal olor y hacer que tus muebles queden como nuevos.
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